miércoles, 3 de diciembre de 2008

CALIDAD, PERSONAS Y COTIDIANIDAD

Hablar de calidad no es tema exclusivo de las empresas, si bien es cierto sus inicios respondieron a necesidades específicas del sector productivo japonés, que después de los años de gurra, necesitaba tener un renacimiento industrial y económico.

Edward Deming, quién desarrolla el concepto de calidad como una medida de la expectativa del cliente y define el proceso que se debe llevar a cabo para cumplirla, nos dejó el mejoramiento continuo como la herramienta administrativa que nos ayuda a conseguir este objetivo.

Los seres humanos, al igual que las empresas, debemos trabajar en alcanzar la satisfacción personal y esto implica realizar procesos de mejoramiento continuo: en el actuar y en la manera de pensar, para así lograr un mejor vivir.